Nuestra disponibilidad a colaborar con otra persona es aún superior cuanto mayor es nuestra capacidad de interpretar los estados emocionales. La sensación de comprenderlo es suficiente además para estimular la actividad de los centros cerebrales de la recompensa.
La comprensión subjetiva del estado de ánimo de otra persona durante una interacción social es de por si gratificante y contribuye a modular la interacción que alimenta a esa persona y la disponibilidad hacia ella. Lo demuestra un estudio de un grupo de neurocientíficos de la universidad de Lubecca en Tubingen y de la Universidad de Berlin, que firman un artículo en Proceedings of the National Academy of Sciences”.
Hasta la fecha los estudios sobre la atracción interpersonal estaban centrados principalmente sobre la definición de los rasgos faciales que despiertan atracción física o bien sobre la identificación del comportamiento complejo que sugieren que la persona enfrente a nosotros es de confianza y potencialmente un compañero cooperativo. En el nuevo estudio, Silke Ander y colaboradores se han preguntado, en cambio, si nuestra buena disposición hacia la otra persona estuviera conectada también a la facilidad con la cual podemos descifrar el estado emocional.
Los investigadores mostraron a 92 voluntarios, hombres y mujeres, pequeñas grabaciones en las cuales algunas mujeres experimentaban un sentimientos de miedo o de tristeza. Al terminar cada grabación los participantes debían decir si la mujer sentía miedo o tristeza, y luego evaluar el nivel de confianza de cada juicio expresado. (Las grabaciones tenían todo mujeres como protagonistas porque los diferentes estudios mostraron que saben expresar la propia emoción de forma mas exacta y precisa con respecto al hombre).
Para medir los niveles de atracción interpersonal, los investigadores pidieron a los voluntarios presionar repetidamente una tecla para agrandar una pequeña imagen de cada una de las mujeres hasta alcanzar la distancia de conversación considerada en este caso mas adecuada: De hecho, cuanto mas fiables consideramos a una persona, mucho menos es la distancia a la cual podrá acercarse sin provocarnos malestar.
Mientras los voluntarios ejecutaban esta tarea, los investigadores midieron además su actividad cerebral con resonancia magnética funcional.
Los resultados mostraron que una mayor certeza sobre el estado emocional observado correspondía a una puntuación del poder de atracción superior. Además niveles superiores de confianza y de atracción resultaron asociadas a un aumento de la actividad en el sistema de la recompensa del cerebro, en particular en la región del cuerpo estriado ventral derecho y de la corteza orbitofrontal medial.
Según los investigadores la Evolución habría favorecido un mecanismo neuronal basado en la interpretación de señales de comunicación no verbal que permiten seleccionar la persona con la cual cooperar: si sentimos que podemos descifrar facilmente aquellas señales, sabremos enseguida cuanto confiar en esa persona.
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