lunes, 22 de noviembre de 2021

Y si lo dejo todo? Cómo Alcanzar la Misión de la Vida

Hallar la Misión en el Mundo

A qué distancia está el horizonte? - Quora 

No precisa destacar  la singular importancia de superar correctamente este problema individual:¿Qué voy a hacer? ¿Cuál es mi tarea o misión vital?Desde mi Ser y su Valor y el Ambienter y las circunstancias, tengo que elaborar un plan de acción, proponerme una serie de objetivos, alcanzar determinadas metas, cumplir determinados requisitos u obligaciones. Yesto he de hacerlo, no tanto para satisfacer presiones exteriores como para ponerme  en paz conmigo mismo, con mi Paz Interior.

¿Cómo acertar esa misión?¿Cómo fijar el mapa de las propias ambiciones?¿Cómo elegir entre el sinnúmero posible de caminos, aquellos  pocos en los que podemos y debemos avanzar?¿Cómo señalar, en su decurso, los hitos en que debemos detenernos?Dificilmente se consigue responder a esa problemática por el solo esfuerzo del autoanálisis y la meditación trascendental. Es, siempre, bueno asesorarse con los demás, siempre y cuando éstas se personas posean el día nivel de inteligencia, de espiritualidad  y de experiencia competente para dicha tarea. Más las decisiciones, en definitiva, hemos de elaborarlas nosotros mismos, no por vencimiento, sino por convencimiento. 

Esta fase es tan importante que precisa dedicarle todo el tiempo necesario y no querer  resolverla apresuradamente. Todos llevamos en lo más profundo de nuestro Ser la intuición de  nuestro Destino, la inclinación natural y espontánea hacia determinadas realizaciones y objetivos vitales; mas para desvelarla y reconocerla hemos de recogernos en el silencio y en la oscuridad y emprender el viaje interior, hacia el encuentro del paisaje anímico, que desaparece tan pronto como nos  volcamos enla realidad circundante y atendemos a ella. Entonces, en actitud de autobservación meditativa, a la espera de que surja del fondo de nuestra  mismidad ese paisaje, llegaremos a percibir, cual debil vocecita, esa o esas apetencias, esas ilusiuones, cuyo conjunto constituye lo que se llama: vocación. Desvelar esa vocación equivale a superar el escollo más dificil para vencer esta fase.

Supongamos que lo hemos conseguido: sabemos cuál es nuestra vocación, es decir, qué conjunto de objetivos apetece a nuestro Ser. Con ello no hemos terminado todavía la tarea autoanalítica. Porque es momento ahora ver si nos hallamos completamente equipados, o no, para realizar totalmente esa serie de apetencias. Ello depende de la apreciación  de  nuestras habilidades y, tambien de nuestros recursos y obligaciones ambientales. Mas en ningún caso hay motivo  suficiente para renunciar totalmente a nuestros ideales vocacionales. Estos han ser  cultivados, precisados y satisfechos, en cada instante, en la medida factible, que puede ser mínima, mas nunca será nula. La renuncia total, aún cuando sea pasajera, de esa satisfacción aparta al Ser de su caucre natural, lo enfrenta con fricciones y prepara, tarde o tempranmo, a su infelicidad.

Podría ser  hedonista, materialista o instintivista ya que aunque parezca una paradoja, las circunstancias actuales de la organizacion, social, se requiere mucha mayor dosis de idealismo, de capacidad de esfuerzo y entusiasmo para seguir  auténticamente la propia vocación que para renunciar a ella, sustituyéndola  por intereses o incentivos derivados  de las  circunstancias  ambientales y sociales. Cada vez cuesta más el imperativo "Se  quien eres". O seguir la gran sugerencia: "Si te atrae una lucecita, Síguela. Estás en un pantano? Ya saldrás de él. Pero si no la sigues, te martirizarás el pensamiento de que acaso era tú estrella

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